Desde muy temprana edad me di cuenta que mi familia era poco tradicional. Si bien, yo veía (y distinguía) en otras casas el papel de la mujer dentro de un núcleo familiar convencional, en mi casa no era así. Mi madre, mi hermano y yo, teníamos que entrarle parejo a las tareas del hogar, por lo que en el caso particular de mi hermano (que es menor que yo) como tal no fue sembrado en él que la mujer es la que cocina, barre, trapea, limpia y lava la ropa. Los roles de género estaban muy diluidos en mi núcleo familiar y eso nos permitió ser conscientes de cómo funcionaba el mundo allá afuera. A la fecha, mi hermano y yo cuestionamos muchísimo, simplemente porque lo que otros veían en sus casas como “normal”, para nosotros nunca fue así.
‘Tradition is peer pressure from the dead’ - Unknown
Hasta hace un poco menos de 70 años, la mujer en México no tenía derecho a votar. Muchos pueden decir que con el decreto donde se anunció la promulgación de las reformas constitucionales, otorgando a la mujer el derecho a votar y ser votada, la mayor parte del problema fue resuelto, pero no es así. El reto más grande quizás del decreto de una nueva Ley, donde sean liberados derechos a quienes no gozaban de ellos, es precisamente la implementación de la misma. Sí, la mujer ya puede votar y ser votada, pero aún es invisible el reconocimiento de su labor en el hogar, viéndolo como una obligación, un rol, un papel que ella tiene que jugar.
Justo esta semana estaba viendo la noticia de cómo la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, en un encuentro que tuvo con la Primera Ministra de Finlandia, Sanna Marin, puso en su lugar con un “¿Esto también se lo preguntaron a Obama y a Key cuando se conocieron?”, a un periodista que en plena rueda de prensa le hizo una pregunta machista.
Volviendo al tema de las labores que por tu género, inconscientemente “te corresponden”, es difícil que las mujeres ejerzamos nuestro pleno ejercicio de derechos, por que hay demasiada doble moral. Si la sociedad te ve con “tanta libertad”, entonces no eres normal, no eres decente, eres la p*ta, la loca, la histérica o estás fuera de control. En mi casa, desde niña, si mi madre cocinaba, entonces mi hermano y yo nos repartiamos la tarea de lavar los platos y barrer la cocina (nada de que solo Eira porque es mujer). En mi casa nunca hubo un “sírvele de comer a tu hermano”, la aportación era pareja fueras mujer u hombre, y eso para la época previa al internet y las redes sociales, créanme que nos enseñó mucho.
Hace un par de años tuve una cita (muy desastrosa por cierto) en un café con un hombre que llegó quejándose de su ex-esposa, alegando que se divorció de ella porque no trabajaba y que lo único que hacía era quedarse en casa y cuidar a sus hijos; en resumen su conclusión fue “es que ella no tenía vida y eso me aburría” (horrible lo sé), a lo cual yo le contesté : “¿si sabes que llegaste tan lejos en tu carrera profesional y laboral porque precisamente ella atendía el hogar y a tus hijos verdad?”. Silencio ensordecedor. Está de más decir que afortunadamente jamás lo volví a ver.
Estas “transacciones inconscientes” dentro de nuestro lamentable sistema patriarcal en donde la mujer y el hombre tienen un papel que jugar en la sociedad, no benefician a largo plazo ni a uno ni al otro; y peor, lo que se me hace increíble es que esta cotidianidad se siga perpetuando de generación en generación. Sí, puedes justificar que antes no tenías suficiente información o que también las circunstancias de tu entorno eran así, pero ¿qué no el cambio se da cuando te detienes un momento y empiezas a preguntar el porqué de las cosas?.
Justo esta semana terminé de leer dos libros que llenaron de preguntas mi cabeza, ambos escritos por dos personas con antecedentes completamente diferentes pero que irónicamente desembocaban en la misma conclusión sobre la diversidad, equidad e inclusión. Uno fue desde el punto de vista de la neurociencia (hombre heterosexual de origen Húngaro exiliado de su país natal a raíz del movimiento Nazi en la Segunda Guerra Mundial), y la otra fue desde el punto de vista político (mujer indígena que huye de su natal pueblo Oaxaqueño para evitar ser casada a la fuerza a los 12 años).
Podría seguir escribiendo sobre esto, porque el tema tiene demasiadas aristas, entre ellas la “interseccionalidad” (concepto a la cual en esta carta no me meteré), pero no quiero diluir la atención de lo principal: DETENTE a poner atención a la dinámica que vivimos como sociedad, CUESTIONA cuando algo siempre se ha hecho por “uso y costumbre” porque justo esta es la forma de poner el reflector sobre esa cotidianidad invisible, RETA cuando algo no te haga sentido y sobretodo, asume conscientemente la responsabilidad de ser ese miembro INCÓMODO de tu familia, comunidad o círculo social. Hace más falta eso de lo que te imaginas.
Con amor,
- Eira Deneb
Journal Prompts:
¿Qué dinámicas familiares o sociales percibes que se siguen repitiendo a tu alrededor de generación en generación?
¿Qué tradiciones de tu infancia prevalecen en tu adultez?
¿Cómo percibes a una persona que no necesariamente sigue los estándares impuestos por el sistema? ¿Te incomoda? Si es así, pregúntate ¿qué y porqué exactamente te incomoda?
Frase de la Semana:
“The more tied you are to a particular version of the future, the less likely you are to adapt as things unfold.”
- Unknown
Libro que recomiendo:
Los sueños de la niña de la montaña, por Eufrosina Cruz
Páginas que recomiendo (ambas tienen cuenta en Instagram y Spotify):
De Machos a Hombres: https://demachosahombres.com/
Voices of Brotherhood: https://voicesofbrotherhood.com/
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